Loomit, uno de los grafiteros más famosos de nuestro tiempo, descubrió su pasión por la escena del graffiti a la edad de catorce años. ¡Al principio un hobby, luego una obsesión! A los quince años, Mathias Köhler pintó sus primeros graffitis en la torre de agua de Buchloe. Corría el año 1983 y el graffiti todavía estaba en sus inicios en Alemania. Dos años más tarde, bajo el seudónimo de Cryptic2, él y otros seis pintores pintaron el primer tren completo de Alemania, que pasaría a la historia del graffiti en Europa como el "Tren Geltendorf". Además de sus incursiones en delicados lienzos, el grafitero es conocido por sus letras en 3D, que aprendió nada menos que de la leyenda del escritor neoyorquino Seen. Hoy en día, Loomit trabaja como artista independiente en Munich y ha trabajado para varias empresas, como "Opel" y el estadio de fútbol de Salzburgo. En 2002, Loomit recibió el premio de arte Schwabing por sus obras.